Un sistema CRM es indispensable para crear una base de datos de prospectos y clientes, fomentar el engagement de éstos con la marca, impulsar las ventas y mejorar la satisfacción y fidelidad de los compradores.
Para la configuración de cualquier CRM podemos hablar de dos aspectos: el aspecto técnico, relacionado a la herramienta y a su funcionamiento, como el idioma en que se muestra en pantalla, la implantación del código para hacer el tracking de actividad del usuario, las funciones de RGPD, etc.
Aparte tenemos el aspecto metodológico: ¿Qué tan largo es tu proceso de ventas?, ¿Cuántas personas están involucradas? ¿Qué necesitas saber para cualificar correctamente un lead?, etc.
Primero debes establecer cuáles son los objetivos que deseas alcanzar. Luego debes activar las funcionalidades que sirvan para producir los leads deseados. Finalmente debes evaluar el desempeño de los empleados y extraer la información sobre los clientes y prospectos para la personalizar la interacción con ellos.
No olvides que el propósito principal de un CRM es concentrar toda la información de un comprador a fin de que sea útil para guiar los esfuerzos de marketing y ventas para lograr las conversiones deseadas. Esta información es tanto la que el propio comprador comparte voluntariamente con tus empleados en una conversación como: datos personales, necesidades e intereses y la que se puede extraer de sus visitas al sitio web e interacciones en las redes sociales de tu empresa como comentarios o quejas.
Pero toda esa información no será útil para aumentar tus ventas y la satisfacción del cliente si no das el seguimiento adecuado a las consultas e inquietudes de tus clientes.
Desde finales de los años 80 la tecnología ha avanzado cada vez más en el mundo empresarial y el concepto de personalización es una nueva forma de relacionarse con los clientes ofreciendo un servicio cada vez más único y exclusivo. Con la llegada del CRM, esta tendencia se ha intensificado y el marketing ha dado un giro de 180º.
Puedes conocer mejor a tu cliente, hacerle ofertas y promociones más personalizadas y ajustar mejor la segmentación de tu público.
Mejora la fidelidad del cliente y la interacción de éste con tu marca.
Perfecciona los programas de marketing contextual, ya que conoces muchos más detalles de los hábitos y gustos de tus consumidores.
Incremento del ROI (Return on Investment), al entender mejor los intereses de los usuarios es más fácil ajustar las ofertas, precios, distribución, y la estrategia de comunicación a cada grupo objetivo.
Facilita que los clientes se den apoyo unos a otros, resuelvan dudas y aporten ideas para mejorar tus productos y servicios.
